La compleja dinámica de las interacciones entre peatones y conductores en la carretera a menudo se reduce a una cuestión sobre el derecho de paso. Aparentemente, parece que los peatones, siendo la parte más vulnerable, siempre tienen derecho de paso. Sin embargo, la realidad puede tener muchos matices.
Comprender las leyes
En la mayoría de jurisdicciones, las leyes tienden a proteger a los peatones. En la mayoría de los estados, los conductores deben de ceder el paso a los peatones en los cruces peatonales e intersecciones marcadas. Esto se aplica independientemente del color de la señal de tráfico, o incluso si no hay ninguna señal. Aun así, esto no significa que los peatones tienen libertad total para caminar por donde quieran y cuándo quieran. Los peatones también deben obedecer las señales de tráfico en intersecciones y solo cruzar la calle por los cruces peatonales designados. Sin embargo, si un peatón está cruzando la calle fuera del cruce peatonal (lo que se conoce en inglés como “jaywalking”), el conductor tiene el derecho de paso.
Las complejidades del derecho de paso
A pesar de las normas explícitas establecidas por la ley, la realidad en las carreteras puede ser mucho más compleja. Incluso cuando un conductor técnicamente tiene derecho de paso, sigue estando obligado a hacer todo lo posible para evitar una colisión. Esto se debe al principio conocido como “deber de cuidado”, que establece que los conductores deben operar sus vehículos de manera segura y responsable en todo momento. Incluso si un peatón se comporta de manera irresponsable, el conductor no puede ignorar su deber de cuidado.
En conclusión, aunque puede haber situaciones en las que los conductores técnicamente tengan el derecho de paso, el principio general es que la seguridad siempre debe ser lo primero. Tanto los conductores como los peatones tienen la responsabilidad compartida de navegar por las calles y carreteras respetando los derechos y la seguridad de todos sus usuarios.
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